Lo que comenzó como una manera entretenida de modificar los rostros con IA, hoy se convirtió en una amenaza.
Los deepfakes llegaron al mundo como una nueva forma de entretenimiento. La idea de ver a figuras públicas decir frases graciosas o revivir escenas de películas con otros actores resultaba fascinante. Su integración en redes sociales y plataformas de contenido generó una ola de creatividad, desde parodias hasta videos virales. Sin embargo, con el avance de la inteligencia artificial, esta tecnología pasó de ser una herramienta de diversión a un peligroso instrumento de fraude y suplantación de identidad.
¿Qué es un deepfake?
Los deepfakes son contenidos manipulados de video, audio o imagen generados mediante inteligencia artificial. Usan aprendizaje profundo para superponer rostros, modificar voces o alterar expresiones, creando materiales extremadamente realistas. En sus inicios, su uso principal era en la industria del entretenimiento, pero hoy en día se han convertido en un arma peligrosa para el engaño y la manipulación.
Deepfakes y cibercrimen
El acceso a esta tecnología ha impactado la ciberseguridad a nivel global. La suplantación de identidad, la creación de noticias falsas y la manipulación de imágenes afectan a individuos, empresas y hasta gobiernos. Los fraudes más comunes incluyen:
- Apertura de cuentas falsas: los estafadores crean identidades combinando información real con deepfakes, logrando abrir cuentas bancarias y acceder a créditos fraudulentos.
- Estafas de phishing avanzadas: con mensajes de video o llamadas falsas, los delincuentes persuaden a sus víctimas para compartir información sensible o transferir dinero.
- Suplantación de identidad en empresas: falsifican voces o imágenes de ejecutivos para autorizar transacciones o extraer datos críticos.
- Identidades sintéticas: crean personajes ficticios con documentación falsa para realizar operaciones financieras sin dejar rastro.
Casos reales: Deepfake en la estafa digital
Bandas organizadas han perfeccionado el uso de deepfakes para engañar a inversores y consumidores. La plataforma fraudulenta Quantum AI, por ejemplo, utilizó videos falsos de Elon Musk y otros líderes políticos para atraer víctimas a esquemas de inversión falsos. Estas tácticas incluyen videos con audio generado por IA, sincronización de labios y llamadas personalizadas para convencer a los usuarios de depositar dinero en plataformas ficticias.
¿Cómo pueden las empresas blindarse?
Ante esta creciente amenaza, herramientas como Tu Identidad ofrecen una solución eficaz para proteger a las empresas del fraude y la suplantación de identidad. Su tecnología permite validar la autenticidad de usuarios y detectar intentos de manipulación mediante inteligencia artificial. Implementar sistemas avanzados de verificación es clave para evitar pérdidas económicas y proteger la reputación de las organizaciones.
Tu Identidad ofrece una serie de servicios que permiten a las empresas incluir en sus registros, trámites, entre otros, la validación de cualquier usuario o cliente. Para muestra, la Prueba de vida y el Face Match: el primero, no requiere eventos como sonreír, pestañear, moverse, leer texto o repetir audio, ya que es invulnerable al hacer uso de modelado 3D para reconocimiento facial, detección de intentos de spoofing como fotografías, maquillaje y deepfakes.
Por su parte, el Face Match resulta una herramienta excelente para validar identificaciones oficiales. Servicio mediante el cual se puede verificar si dos imágenes de una persona pertenecen a la misma mediante el análisis de su información biométrica. La asertividad de la tecnología de la AI utilizada permite comparar imágenes de una misma persona con varios años de diferencia y aún así detecta si se trata de la misma.
El deepfake es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ser una espada de doble filo. Lo que comenzó como un juego, hoy representa un desafío de ciberseguridad que requiere conciencia, regulación y herramientas avanzadas para combatirlo.