Billeteras digitales, regulaciones y estándares para la verificación de identidades, y cédulas de identidad con datos biométricos son algunos de los caminos que están adoptando en distintas partes del mundo para blindar la identidad digital.
Estamos en el contexto donde se ha convertido en una necesidad para realizar prácticamente todo, desde trámites gubernamentales, transportarse, contratar entretenimiento o adquirir servicios financieros. Así es nuestra identidad digital. Sin embargo, hay zonas del mundo que están a la vanguardia y otras que apenas están dando sus primeros pasos.
Nuestra identidad digital se compone de los datos, credenciales y atributos que permiten autenticar a una persona, empresa o institución en el mundo digital.
Tanta es su relevancia en la actualidad, que los países se han visto obligados a crear robustas regulaciones para evitar que delitos como los fraudes y suplantación de identidad se les salgan de las manos.
Avances en identidad digital en Europa y Asia
La Unión Europea ha dado un paso adelante al implementar el reglamento eIDAS 2.0 para la Identificación Electrónica, Autenticación y Servicios de Confianza, que entró en vigor en mayo de 2024.
Dicho reglamento trajo consigo la creación de la Billetera Europea de Identidad Digital, que es un monedero digital para que europeos almacenen y gestionen sus credenciales de forma controlada para mejorar la seguridad y la confianza en las transacciones digitales, misma que deberá emplearse antes de diciembre de 2026.
Países como Estonia ya tienen una identidad digital obligatoria, la e-ID que permite a sus habitantes acceder a servicios públicos y privados, votar en línea y firmar documentos digitalmente desde 2002, lo que lo convierte en uno de los países más vanguardistas del mundo en este sentido, incluso en 2014, lanzó el programa e-Residency, que permite a las personas convertirse en residentes virtuales.
En Asia hay ejemplos como el de Singapur, donde ya opera la Singpass, que es la identidad digital de dicho país, y que consiste en una plataforma para autenticación que permite a los residentes del país asiático acceder a más de mil 700 servicios digitales del gobierno y del sector privado.
Liderazgo y desafíos en América
Otro país que está a la vanguardia en el tema es Estados Unidos con el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés), que desarrolla y publica guías de identidad digital para establecer requisitos y mejores prácticas para la verificación y autenticación segura de identidades que son adoptadas en agencias de seguridad y en el sector financiero.
Mientras que en Latinoamérica países como Brasil ya cuentan con plataformas como la Gov.br, que es un sitio gubernamental que reúne la identificación digital de los brasileños a través del Cadastro de Pessoas Físicas (CPF), que no es sino el registro de contribuyentes, y les permite acceder a servicios públicos digitales y establece protocolos para diferentes niveles de confianza.
Otros países latinoamericanos como Costa Rica, Chile, Colombia y Uruguay ya pusieron en marcha la infraestructura digital en torno a sus cédulas de identidad digitales, con avances aún por llegar a una formalidad.
El caso de la CURP biométrica en México
En México, las autoridades están por implementar una nueva identificación oficial incluirá fotografía, huellas, iris y firma electrónica, además de los datos alfanuméricos en la Clave Única de Registro de Población (CURP).
La llamada “CURP biométrica» abrirá la puerta a una labor titánica para recabar y resguardar los datos de los mexicanos, lo que pone de manifiesto la necesidad de una infraestructura tecnológica y de ciberseguridad que veremos desarrollarse en los próximos años.