El dilema de la descentralización, la privacidad y la confianza en un futuro sin intermediarios.
La Web3 promete un internet descentralizado, seguro y sin intermediarios. Sin embargo, el gran reto sigue siendo la verificación de identidad. ¿Cómo podemos confiar en que quien interactúa en un entorno descentralizado es realmente quien dice ser?
En los sistemas tradicionales, la identidad se valida con documentos oficiales, registros centralizados o instituciones que actúan como árbitros de confianza.
En la Web3, ese árbitro no existe: el poder se distribuye entre millones de nodos. Aquí entra en juego la identidad auto-soberana (SSI, por sus siglas en inglés). Según el estándar W3C, los titulares de la identidad individual crean y controlan completamente sus credenciales, sin verse obligados a solicitar autorización de una autoridad intermediaria o centralizada.
La Web3
Web3 es una propuesta para un nuevo tipo de internet basado en cadenas de bloques descentralizadas, como las que sustentan a Bitcoin y Ethereum.
La idea fue popularizada por la personalidad de internet y creador del newsletter “Not boring”, Packy McCormick, y plantea “un internet que es propiedad de los desarrolladores y los usuarios, coordinada con tókens”.
Sus impulsores imaginan aplicaciones como redes sociales descentralizadas, videojuegos play to earn y plataformas de NFT que permitan comprar y vender fragmentos de cultura digital, con la promesa de restar poder a los intermediarios tradicionales y abrir paso a una economía digital más directa y participativa.
También se ha planteado el uso de Web3 en actividades del día a día en un entorno descentralizado como el intercambio de activos sin intermediarios, plataformas de préstamos y ahorros, ambientes virtuales de interacción social como metaversos, finanzas descentralizadas y, por supuesto, una identidad digital auto soberana.
Desafíos principales
Fragmentación de estándares: aunque existen iniciativas como los Decentralized Identifiers (DIDs), aún no hay un consenso global. Un usuario puede tener una credencial válida en una blockchain, pero no reconocida en otra.
Privacidad vs verificación: validar edad o ciudadanía sin revelar datos personales completos requiere métodos avanzados como pruebas de conocimiento cero (zero-knowledge proofs). Estas permiten demostrar que cumples con un requisito sin mostrar más información de la necesaria.
Experiencia de usuario: muchos flujos son complejos. Si la adopción exige conocimientos técnicos avanzados, el crecimiento masivo se ralentiza.
Soluciones emergentes
Pruebas de conocimiento cero (ZKPs): permiten demostrar atributos sin exponer datos sensibles.
Biometría encriptada: proyectos como Privado ID integran biometría y blockchain para reforzar seguridad sin comprometer privacidad.
Sistemas académicos como BioZero: autenticación biométrica descentralizada que usa criptografía de compromiso (Pedersen commitments) para validar identidad sin revelar datos.
El futuro cercano
La verificación en la Web3 no se trata solo de tecnología, sino de confianza y soberanía digital. El reto es lograr un equilibrio entre descentralización y seguridad. La identidad digital descentralizada debe garantizar que los usuarios controlen sus datos, pero sin sacrificar la confianza que necesitan las plataformas y las comunidades.
La Web3 proporcionará una mejor experiencia del internet solo si resuelve el problema de identidad. Y la respuesta no está en copiar modelos tradicionales, sino en crear soluciones nuevas que unan privacidad, interoperabilidad y confianza.